Las dos formas de vivir

A. La nuestra:

• 
Rechazar la autoridad de Dios
• 
Tratar de controlar nuestras vidas

Consecuencias:
• 
Condenados por Dios
• 
Enfrentar un juicio y una muerte segura

 

B. La nueva vida de Dios:

• 
Someterse a la autoridad de Jesús
• 
Confiar en la muerte y resurrección de Cristo

Consecuencias:
• 
Perdonados por Dios
• 
Recibir la vida eterna

Podemos continuar con nuestra rebelión en contra de Dios, y seguir intentando controlar nuestras vidas sin él. Desgraciadamente, esta es la opción que muchos han escogido.

El resultado de esto es que Dios nos da lo que buscamos y merecemos. Nos condena por haber rechazado su legítima autoridad sobre nosotros. No sólo tenemos que hacer frente a las enredadas consecuencias inmediatas de haber rechazado a Dios, sino que también enfrentamos la horrible perspectiva de toda una eternidad sin él, sin vida, sin amor, sin compañerismo.

Hay esperanza para aquellos de nosotros que nos hemos dado cuenta de lo desesperado de nuestra situación. Todo cambia si nos volvemos a Dios y buscamos su misericordia, confiando sólo en la muerte y resurrección de Jesús.

Para empezar, Dios borra todos nuestros pecados. Él acepta la muerte de Jesús como pago por nuestros pecados, y nos otorga un perdón total. Derrama su Espíritu en nuestros corazones y nos regala una vida nueva que no tiene fin. Ya no somos rebeldes, sino que miembros de la familia de Dios como hijos e hijas adoptivos. Ahora nos sometemos a la autoridad de Jesús.

Estas dos formas de vivir no pueden ser más diferentes entre sí, y te desafían a tomar algunas decisiones.


¿Cuál de estos dibujos representa la manera en la cual quieres vivir?




El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.

Juan capítulo 3, versículo 36

 

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