Dios resucitó a Cristo de la muerte para que gobierne al mundo.

Jesús ha vencido a la muerte, ahora él regala una vida nueva, y volverá para juzgar al mundo.

Dios aceptó la muerte de Jesús como pago total por nuestros pecados y lo resucitó de entre los muertos. El Jesús resucitado es ahora lo que la humanidad siempre debió haber sido: el que gobierna al mundo en nombre de Dios.

Al gobernar al mundo, Jesús también es juez del mundo. La Biblia promete que un día él va a volver y nos llamará para que rindamos cuenta de nuestras acciones.

Por ahora Jesús nos ofrece una vida nueva que comienza aquí y que continúa en la eternidad. Aquí nuestros pecados pueden ser perdonados por medio de la muerte de Jesús y podemos partir de nuevo con Dios, pero ya no como rebeldes, sino que como amigos. En esta vida nueva, Dios mismo vive en nosotros por medio de su Espíritu. Podemos experimentar el gozo de una nueva relación con Dios.

Aun más, como somos perdonados por medio de la muerte de Jesús, podemos tener la seguridad que nos aceptará cuando él vuelva a juzgar al mundo. El Jesús resucitado nos dará vida eterna, no porque la merezcamos, sino porque él murió en nuestro lugar.


¿Y a dónde nos lleva todo esto? Nos lleva a decidir entre dos formas de vivir.



Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo.

1 Pedro capítulo 1, versículo 3

 

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